Cuando llega la hora de limpiar podemos encontrarnos con una pregunta: ¿cómo lavamos las alfombras con fondo antideslizante? Es decir, ¿puede ser un problema el fondo engomado de las alfombras de baño y cocina? 
Que la alfombra tenga un fondo antideslizante, de caucho o látex, es una gran ventaja para la seguridad y facilidad de uso de nuestros textiles, y los mejores productos se fabrican precisamente así. De esta forma, sin embargo, la alfombra resulta estar compuesta, en la mayoría de los casos, de dos materiales acoplados, uno para la superficie y otro para el fondo, a menudo de naturaleza muy diferente. ¿Qué hacer al lavar? 

Veamos juntos algunas ideas sobre este tema que, en nuestra opinión, no presenta verdaderas dificultades técnicas, porque las soluciones son muchas y todas están al alcance de la mano. Existen muy pocos consejos sobre la mejor manera de lograr la limpieza. Todo cambia si, por otra parte, queremos considerar la idea de que lavar las alfombras en casa es ante todo una cuestión "verde" de respeto al medio ambiente. Así que vamos a hacernos algunas preguntas, priorizando los temas.

Ahora está bien establecido: no hay necesidad de lavar a 60 o 90 grados, especialmente cuando se trata de alfombras de cocina y baño, ¡que ciertamente no aspiran a la esterilidad! La necesidad de una higienización profunda es realmente un caso raro, diferente de la limpieza que podemos mantener con lavados frecuentes y más suaves. Las altas temperaturas nunca son una opción sostenible, porque imponen lavados largos y un mayor uso de energía y agua.
El equilibrio entre limpieza y respeto por el medio ambiente puede encontrarse en los lavados de ciclo corto y baja temperatura. Un tema aparte son los detergentes, que serán biodegradables (y utilizados en las cantidades adecuadas, sin excesos), o incluso sustituidos por elementos naturales, como el vinagre blanco, el aceite de limón y cedro, o el eucalipto, todos ellos muy eficaces en su acción higienizante.

No deberían, pero el riesgo está ahí. Si por limpiar entendemos cepillar o centrifugar violentamente, con productos químicos agresivos, entonces ciertamente la durabilidad y belleza de nuestras alfombras sufrirán, porque serán realmente puestas a prueba. A menos que cada paso de la limpieza se realice con decisión pero con "suavidad". Procederemos sacudiendo las alfombras, aspirándolas antes de meterlas en la lavadora, utilizando los productos de prelavado adecuados para tratar las manchas difíciles; de este modo no necesitaremos detergentes ni tratamientos especialmente desgastantes para los hilos, y nuestras alfombras permanecerán bonitas y limpias durante mucho tiempo. Nuestro mejor amigo en este sentido será la etiqueta, que siempre debes leer antes de ponerte a lavar una alfombra antideslizante en casa.

Los productos antideslizantes son los más recomendados.

En la etiqueta, el fabricante siempre proporciona toda la información útil sobre la mejor manera de conservar la alfombra. Ya tiene en cuenta la coexistencia de distintos materiales, así que, por ejemplo, para una alfombra de algodón con reverso antideslizante, de goma o látex, se recomienda lavarla a 30°C (aunque el algodón soportaría temperaturas más altas). También se indican los tratamientos que deben evitarse (como planchado, blanqueado, limpieza en seco o secado en secadora).
Hemos puesto especial cuidado en que el lenguaje y las imágenes sean claros. En la etiqueta, además, enumeramos las certificaciones que avalan la calidad de la alfombra desde el punto de vista de la sostenibilidad.

En la etiqueta, además, enumeramos las certificaciones que avalan la calidad de la alfombra desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Prácticamente hablando, si tiene que lavar una alfombra con fondo antideslizante, siempre hay dos opciones: ¿a mano o en la lavadora? La elección sigue siendo personal, y puede no ser siempre la misma, porque cada método tiene sus pros y sus contras. Lavar a mano significa tratar la alfombra con más cuidado, tener cuidado al tratar los bordes o trabajar bien una mancha concreta. También puede significar no malgastar agua, si se toman ciertas precauciones. Las lavadoras más modernas han reducido mucho la cantidad de agua utilizada por lavado, ya que una máquina de 8 kg consume actualmente entre 40 y 50 litros de agua. El ahorro, si se lava a mano, reside en la posibilidad de recoger el agua para un segundo uso (por ejemplo, para regar las plantas, siempre que el detergente sea ecológico). La máquina, en cambio, proporcionará sin duda un lavado más enérgico y un escurrido más eficaz. Ni que decir tiene que, en el caso de alfombras grandes, o con una base especialmente dura, no se recomienda utilizar la lavadora, ya que podría someterla a un esfuerzo indebido.

La lavadora, por el contrario, le proporcionará un lavado más enérgico y un escurrido más eficaz.

Como suele ocurrir, la medida de todo se reduce a un sano sentido común, que inspira equilibrio, previene contra el despilfarro innecesario y permite valorar la situación caso por caso. La misma dote sugiere tener siempre una alfombra de repuesto, para sustituir o alternar la que estamos lavando. De este modo, ni siquiera los tiempos de secado serán un problema, y nuestra casa no se quedará sin alfombras ni pasillos ni un minuto!

.